jueves, 25 de agosto de 2011

HIDRÁULICA TRADICIONAL DE NÍJAR

LAS PEDRIZAS O BALATES:

    Aunque es un sitema conjunto de captación y almacenamiento,se incluye aquí por entender que aquella es su primera función. Distinguiremos entre:

     a:Aterrazamiento de ladera. Convierte al monte en tierra de labor aprovechable para cereal y arbolado, que convenientemente labrado actúa como esponja que evita que el agua corra y se desaproveche. Existía las profesiones de ribazero y pedrero, que colocaban con maestría la piedra para construir consistentes muros de contención.

    b:Pedrizas de barrancos o cañada. Mediante el escalonamiento del terreno del curso del barranco se consigue aumentar el espesor y calidad de la tierra fértil, captando y almacenando el agua que corre por las laderas o por el mismo cauce.
 



BALSAS DE CAPTACIÓN:
   Ningún manadero del Campo de Níjar aporta el caudal suficiente como para "regar de hilo",por lo que hay que acumularla empleando depósitos descubiertos llamados balsas. Cuando el volumen es suficiente o la balsa está llena se procede al riego a manta.

    Su capacidad es directamente proporcional al caudal del manadero, por lo que, dada la escasez de agua en la zona, abundan las de pequeño tamaño. La balsa tipo es de forma rectangular y de poca profundidad, aunque pequeñas balsas de formas irregulares, adaptadas al terreno y que aprovechan sobrantes de agua o que acumulan las lluvia mediante un pequeño sistema de captación.





LA BOQUERA:

    Consiste en dirigir las aguas turbias a un lateral del cauce, mediante la obstaculización de su paso por una presa de arena que confluye oblicuamente con el margen de la rambla, para desde aquí, canalizarla sobre un vasto canal de tierra que se aleja de la boca buscando irrigar el máximo posible de bancales.La boquera sirve para irrigar grandes áreas de cultivo cerealístico en un mínimo de  tiempo, aunque puede haberlas de pequeño tamaño. El gran caudal de agua canalizado exigía tener a punto la boquera, los brazales, el nivelado de los bancales, los sangradores y los saltos o salidas que desaguaban una vez efectuado el embote del bancal. La boquera consta de boca , canalización y cola. El salto de la cola a la rambla suele estar reforzado con empedrado.




MOLINAS DE VIENTO:

     Llegado el s.XXI, cuando la energía eólica se abre paso con fuerza, conviene recordar que aquí, desde hace siglos, el viento ha sido energía habitual. Las norias de viento o molinas aprovechan la energía eólica y , con el mismo mecanismo que los molinos, elevan el agua utilizando una rueda vertical con jarros y cadena sin fin, tal como lo hacían las norias de sangre. Son la suma de la parte superior de un molino de viento y el entramado de una noria tradicional, lo que permite extraer agua sin utilizar la fuerza animal y con una potencia superior.





MINAS EN  HORIZONTAL O ESCALERA

  Minas en horizontal: Galerías  cortas y sin encimbrar, que mejoran un afloramiento natural. Su caudal es escaso y necesitan de una pequeña balsa que, situada junto a la entrada, hace acopio de agua. Si la mina pertenece a una pequeña comunidad agraria, como es lo habitual, se establecen tandas de riego entre los propietarios.

  Minas en escalera: El acceso al acuífero se realiza mediante una galería que desciende en escalera hasta la capa freática. No están asociadas al riego y su  uso es exclusivamente para abastecimiento doméstico.




ALJIBES

    Para simbolizar a la Almería árida y tradicional, sería acertado emplear un aljibe, elemento que mejor representa la adaptación humana a nuestro medio y resultado práctico de la observación natural. Almacenar para sobrevivir; ese sería el lema extraído de la propia naturaleza, tal como lo hacen los pitacos, chumberas y otras muchas especies que son capaces de asimilar gran cantidad de agua en los escasos minutos del aguacero, para luego dosificarla a lo largo todo el año.

     Se han encontrado restos de depósitos de agua en yacimientos pertenecientes a la Cultura Argárica y de los Millares. Los romanos también los construyeron, tal como lo demuestra el Aljibe Bermejo, cerca de Campohermoso. Los musulmanes los utilizaron para abastecer a sus ciudades.
   En la Edad Moderna, con la expansión de los cultivos cerealísticos de secano propiciados por los repobladores y el posterior aumento demográfico que obliga a colonizar espacios baldíos y alejados de las fuentes, el aljibe se extiende por el Desierto de Tabernas, Campos de Dalías, Bajo Almanzora y, sobre todo, por los Campos de Níjar.
    En la primera mitad del s.XX, todos los aljibes estaban en funcionamiento. Pero con la postguerra, hay una fuerte emigración, que conlleva el abandono de nuestros campos y la decadencia, cuando no desaparición, de nuestra cultura hidráulica tradicional.




                                                   QANATS  O  GALERIAS SUBTERRANEAS

     Tienen su origen en las técnicas desarrolladas por civilizaciones prehistóricas con la construcción de pozos y túneles de abastecimiento para los recintos amurallados, lo que les permitía autonomía hídrica en caso de asedio y un servicio público en tiempos de paz. En el sudeste peninsular estas galerías o "qanats" están asociadas fundamentalmente a las ramblas y ríos, garantizando el riego de los abancalamientos de los márgenes cuando las aguas superficiales escasean o se secan.
    La realización de una galería es una tarea de envergadura que requiere la colaboración de todos los propietarios afectados, el empleo de sus bestias, la contratación de mineros y la compra de abundante cal. El éxito de la obra exige la dirección de un especialista con conocimientos hidrogeológicos y constructivos: un minero, que con la ayuda de uno o varios zahoríes localizarán la corriente de agua o la zona de saturación freática y decidirán la profundidad y el trazado de la conducción subterránea. Una vez comprobado el caudal se aborda la construcción de la galería, que , dependiendo del terreno que atraviese, puede llevar encimbrado de obra o simplemente se particará la galería. El agua captada es encauzada hacia la balsa o zona de riego.
     El mantenimiento periódico consiste en realizar las limpias, es decir, cortar las raíces que se intruducen a través del empredrado de la galería buscando la corriente de agua y que llegan a obstaculizarla ocupando la parte impermeabilizada del lecho, formando lo que se denomina como madeja. La tarea es comunal, dividiéndose los comuneros en cuadrillas y se realiza en el estío cuando escasea el agua y finaliza el ciclo agrícola.





                                                                 NORIAS DE SANGRE

     Noria es un término árabe que significa rueda hidráulica. Aunque se basa en conocimientos teóricos de época helenística, su origen parece ser persa, difundiendo las conquistas musulmanas su uso por toda su área de infuencia. Aparece en la Península Ibérica en el siglo VIII y su presencia está acreditada en Almería al menos a partir del siglo XI.
     Es una sencilla máquina compuesta por dos grandes ruedas, una horizontal movida por una palanca de la que tira una caballería y otra vertical que engrana con la primera y lleva colgada una maroma con arcaduces para sacar agua de un pozo. Las norias tienen aplicación en zonas llanas donde el nivel del agua no se encuentra a demasiada profundidad, de manera que la maroma de cangilones no sea demasiado larga ni demasiado pesada.
      Los árabes la empearon no sólo en la agricultura sino también para abastecimiento urbano de baños públicos. En Almería el príncipe Jairán (siglo XI) ordenó construir una canalización para proveer de agua al barrio del Oratorio, continuando esta canalización hasta la mezquita (hoy iglesia San Juan) y elevándose el agua a través de una rueda hidráulica a modo de noria.
      La construcción de las norias la llevaban a cabo maestros carpinteros utilizando "maderas duras" previamente curadas. El uso de clavos o soportes de hierro era escaso o nulo, sustituidos por cuñas y ensamblajes de madera. Las reparaciones las solía hacer los mismos dueños, reponiendo sobre todo las piezas de los engranajes sujetas al desgaste por rozamiento. La elaboración de la maroma era una tarea comunal, al igual que la matanza o en la trilla, y este proceso de trenzado se sogas de tres ramales, para conseguir la maroma, exigía el trabajo y la pericia de 6 ó 7 hombres que la estiraban, manipulaban y trenzadas las cuerdas.
     Las vasijas, llamadas jarros o arcaduces tenían una capacidad de unos 4 litros, estaban hechas de barro y llevaban un pequeño agujero al fondo para su vaciado una vez que dejaba de girar la noria. Éstas iban unidas mediante guitas a la maroma.
     Los pozos de noria son alargados, casi siempre rectangulares y como los demás pozos, fuentes, galerías subterraneas y otros sistemas de captación de aguas se localizaban generalmente en la zonas abancalas que existen junto a las ramblas, buscanco las corrientes subterráneas de aguas poco profundas con que abastecer a las fértiles huertas y núcleos de población.
     El entramado de la noria se colocaba sobre una plataforma elevada, de aquí bajaba el agua para depositarse en la balsa y luego, mediante un sistema de turnos de riego llamados tandas, se regaban los bancales.
     Una de las últimas norias que han dejado de funcionar en el P.N. de Cabo de Gata-Níjar (año 1983) ha sido la del Pozo de los Frailes. Fue construida a principios de siglo mediante la ampliación de un pozo existente y financiada por un particular a cambio de quedarse con los sobrantes del agua. En fechas recientes una ejemplar actuación de la Consejería de Medio Ambiente, en colaboración con la Consejería de Cultura, han hecho posible la reconstrucción de la noria, con artesanos de la zona y respetando fielmente el modelo original de madera.
     De norias como ésta estaban llenos nuestros campos hace escasamente medio siglo, explotando los escasos recursos hídricos de que disponíamos de manera racional, ya que la escasa profundidad de los pozos impedía abusar de las extracciones, manteniéndose por tanto los niveles freáticos.
     La introducción de potentes motores, el descenso generalizado de los acuíferos y el aumento de sondeos cada vez a mayor profundidad, nos están llevando a una catástrofe ecológica de imprevisibles consecuencias y de la que la mayoría de la población aun no es consciente. No sólo se secan pozos y fuentes existentes sino que la salinización de las aguas esta volviendo improductivas extensiones de tierra cada vez más extensa en un proceso difícilmente reversible.

     El recuerdo de los ancianos sobre la noria, permite aflorar la nostalgia de felices momentos: chiquillos que se bañaban en las balsas, de las tardes de verano sentados junto al chorro de agua contando las historias de los abuelos, o de aquel amigo o compañera hoy ausente. Un dicho popular significatico resume el valor de la noria: "ande hay norias no hay hambre".

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Información ofrecida por Antonio J. Asensio. Alumno del taller empleo "CONOCIENDO NÍJAR".



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